Una vuelta atrás o una vil vuelta de tuerca (Meditemos sobre ello)

Amados hijos en la doctrina, estoy muy preocupada por la tendencia pre-conciliar que está contaminando nuestra asociación. Servidores de la doctrina que realizan nuestras ceremonias nuevamente dando la espalda a nuestros asociados, arengas en las sedes reivindicando mano dura y castigo a quienes no cumplan con los preceptos que os estáis inventando y que nunca ni mi Hijo ni yo dijimos. ¿Es que queréis volver a los tiempos más oscuros de nuestra asociación cuando a los homosexuales se les partía por la mitad con esas sierras enormes causándoles un sufrimiento que presenciábamos sin inmutarnos? Igual estáis pensando que de esta forma la recta moral se restablecerá. A base de fuego y torturas no se llega a la perfección ni a la recta moral.
Cada vez veo más similitudes entre las manifestaciones de mis obispos y de algunos dirigentes políticos y el ambiente de confrontación y represión de épocas pasadas. Hay un sector dentro de mi asociación que no está siguiendo los preceptos de nuestra doctrina. Cada vez hay que estar más atentos, hijos míos, para poder discernir entre los buenos seguidores de nuestra doctrina y los que dicen seguirla pero con fines perversos. Estamos juntos y es difícil distinguir. Si esto sigue así, no me extrañaría nada que llegáramos a situaciones ya vividas y de las que nuestra asociación no tiene más que avergonzarse y pedir perdón con humildad. Sirvan las siguientes notas para tomar nota y que no nos vuelva a pasar. Os ofrezco un catálogo de torturas, todas ellas bendecidas por sectores de nuestra asociación. Estoy casi convencida que algunos, si pudieran, las volverían a instaurar oficialmente. Sé que no se os han olvidado los “beneficios” de tales tecnologías. Pero lo que vuestra madre agradecería serían menos plegarias vacías y más sentido común.

La sierra española
Observando el dibujo ese instrumento de tortura no necesita muchas explicaciones. Sus mártires son abundantes. Debida a la posición invertida del reo, se asegura suficiente oxigenación al cerebro y se impide la pérdida general de sangre, con lo que la víctima no pierde el conocimiento hasta que la sierra alcanza el ombligo, e incluso el pecho. La Biblia dice (II Samuel 23:31) que David, rey hebreo y santo cristiano, exterminó a los habitantes de Rabbah y todas las ciudades armonitas por el método de poner hombres, mujeres y niños bajo sierras y rastrillos y hachas de hierro y hornos de ladrillo. Ésta especie de aprobación, poco menos que divina, contribuyó a la aceptación de la sierra, la hoguera y el hacha. La sierra se aplicaba a menudo a homosexuales (gays y lesbianas), aunque principalmente a hombres. ¿Podría seguir aplicándose hoy en día para terminar con lo que llamáis plaga de degenerados? ¿Os sentís tentados a ello? ¿Qué oscuros pensamientos contradictorios os corroen?


La pera rectal, oral o vaginal
Estos instrumentos se usaban y aún se usan en formatos orales y rectales. Se embutían en la boca, recto o vagina de la víctima, y allí se desplegaban por medio de un tornillo hasta su máxima apertura. El interior de la cavidad quedaba dañado irremediablemente. Las puntas que sobresalen del extremo de cada segmento servían para desgarrar mejor el fondo de la garganta, del recto o de la cerviz del útero. La pera oral normalmente se aplicaba a los predicadores heréticos, pero también a seglares reos de tendencia anti ortodoxa. La pera vaginal, en cambio, estaba destinada a mujeres culpables de tener relaciones con Satanás o con uno de sus familiares, y la rectal a los homosexuales pasivos. ¿Sería efectiva esta tecnología de la tortura para que las mujeres volvieran al recto camino de la correcta moral? ¿Qué efectos positivos os ofrecería utilizar la pera oral para todos aquellos y todas aquellas que no piensan como vosotros?

El cinturón de castidad.
Se usaba para asegurar la fidelidad de las esposas durante los periodos de largas ausencias de lo maridos, y sobre todo de las mujeres de los cruzados que partían para Tierra Santa. Una mujer trabada de esta manera perdía en breve la vida a causa de las infecciones ocasionadas por la acumulación tóxica no retirada, las abrasiones y las laceraciones provocadas por el mero contacto con el hierro. ¿Evitaría este instrumento la concepción prematrimonial, el aborto, y la familia monoparental?

El garrote
La versión típicamente española es aquella en la cual el tornillo hace retroceder el collar de hierro matando a la víctima por asfixia. Este tipo de garrote (el tristemente célebre Garrote Vil) fue usado en España hasta que en 1975 se abolió la pena capital con la muerte de Franco. Son pocos años desde que no lo utilizáis en España. ¿Creéis posible que lo podríais volver a implantar? ¿Funcionaría bien, por ejemplo, para los inmigrantes sin papeles o que no cumplan las leyes?


Látigos
Hay gran variedad de látigos. Entre ellos los hay de dos, tres y hasta ocho cadenas provistas de abundantes estrellas y hojas de acero cortante que se usaban y se usan para flagelar el cuerpo humano. Para desollar se utilizaban látigos de muy diferentes tamaños; gigantes como “el gato de nueve colas”, que podía lisiar un brazo y un hombro de un solo golpe, o finos y pérfidos como el “nervio de toro”, que con dos o tres golpes podía cortar la carne de las nalgas hasta llegar a la pelvis. El látigo de desollar se empapaba con una solución de azufre y sal disueltos en agua antes de utilizarlos lo que unido a sus estrellas lo convertían en una herramienta destructiva y “muy útil” para el torturado. Me consta que algunos de mis asociados y asociadas son adictos a este instrumento de mortificación en versión menos punzante. ¿Cómo habéis podido convertir un instrumento que desolló la carne de mi Hijo en un instrumento que creéis necesario aplicaros para dominar vuestros pensamientos?


La mordaza o el barbero de hierro
Éste artilugio sofocaba los gritos de los condenados para que no estorbara la conversación de los verdugos. La “caja” de hierro del interior del aro es metida en la boca de la víctima, y el collar asegurado a la nuca. Un agujero permite la entrada de aire, pero el verdugo lo puede tapar con la punta del dedo y provocar la asfixia. A menudo los condenados a la hoguera eran amordazados de esta manera, sobre todo durante los autos de fe, porque si no los gritos interferían con la música sacra. ¿Estáis seguros que no pensáis en privado que éste sería un instrumento perfecto para diluir las disidencias, tanto dentro como fuera de nuestra asociación?



El desgarrador de senos
Este utensilio desgarraba hasta convertir en masas informes los senos de millares de mujeres condenadas por herejía, blasfemia, adulterio y muchos “actos libidinosos”; aborto provocado, magia blanca erótica y otros delitos. En varios lugares y en épocas distintas se aplicaba un “mordisco” con las puntas al rojo vivo en un seno de las madres solteras, a menudo mientras sus hijas se retorcían en el suelo salpicadas por la sangre de sus madres. ¿Sería efectivo para terminar con las familias no unidas en matrimonio canónico?